28 marzo 2006
ORACIÓN DEL BIBLIOTECARIO
Señor, yo te agradezco:
Por la alegría de dar a conocer a los niños:
El Principito, Alicia, Heidi, Oliver Twist, Don Quijote, Ben-hur y tantos otros personajes del mundo de los libros.
Por el privilegio de proporcionar a la juventud,
libros que explican el misterio de la vida, las maravillas del universo,
los secretos de una profesión.
Por la honra de prestar libros a los ancianos en el crepúsculo de la vida,
ayudándolos así a enfrentar con mayor serenidad y paciencia,
el cansancio, la enfermedad, el silencio y la infinita espera del fin.
Por la excitación en el vórtice de la información donde,
constantemente montones de hechos son seleccionados,
enumerados y presentados a interminables filas de niños,
jovenes y adultos sedientos de Verdad.
Por el placer de conversar con romancistas,
poetas, historiadores, educadores, periodistas
y muchos otros cuyos escritos abren ventanas para el mundo.
Por la paz que disfruto,
sentado con otros en una enorme sala de lectura,
con estantes y mesas transbordado de publicaciones
sobre todos los asuntos concebibles.
Por la emoción de escudriñar una enciclopedia,
un atlas, o un estante de diccionarios
que condensan el esmerado trabajo de muchos cerebros.
Por la oportunidad de tomar conocimiento
de incontables ejemplos del delicado arte de la impresión,
ilustración y encuadernación.
Pero a pesar de todo eso, ¡oh Dios! yo te agradezco:
Por la dádiva de la luz de los ojos y
por la voluntad de cultivar el más disfrutable
y simple de todos los placeres -LA LECTURA-
a través de la cual diariamente alcanzamos victorias sobre la ignorancia,
en la constante búsqueda de un mayor CONOCIMIENTO.
(Traducido del portugués por Rafael Ferreira)
Cartegorías: Bibliotecario_ , Recursos_
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